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La respiración bucal. ¿Es malo respirar por la boca?

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Hace 150 años hemos empezado a masticar menos. A la vez, se inició un proceso de deformación de la mandíbula y empezamos a respirar más por la boca que por la nariz.

¿Es malo respirar por la boca? ¿Qué tiene que ver nuestra masticación con la respiración?

La falta de masticación, muchas veces asociada a dietas blandas, frena el desarrollo óseo de los maxilares dentales y de las cavidades sinusales. Todo esto conduce a problemas respiratorios crónicos. Además, cuando hay falta de desarrollo óseo, los dientes no tienen sitio suficiente en la boca y crecen como pueden y donde pueden (es decir, torcidos). Esto se traduce en necesidad de tratamientos ortopédicos, ortodónticos y posiblemente quirúrgicos. También aumenta el riesgo de padecer apnea del sueño. Físicamente la cara se ve más alargada, ojos caídos, frente inclinada y nariz prominente.

Estamos hechos para respirar por la nariz, así el aire que entra en nuestros pulmones se templa y se filtra de impurezas, lo que nos provocará menos alergias.

Al tener la boca cerrada para respirar por la nariz, la lengua se coloca en el paladar, y en niños en crecimiento, se desarrolla transversalmente el hueso maxilar, que a su vez es la base de la nariz. La arcada superior se desarrolla mas amplia y así nos caben perfectamente alineados todos los dientes.

¿Qué más pasa en la boca si respiramos por la boca?

Pues algo tan sencillo como secarse la saliva. ¿Es importante? Definitivamente, ¡SÍ!

En la boca habitan cerca de 700 tipos de diferentes bacterias. Gracias al efecto protector de la saliva, esas bacterias conviven en armonía. Si disminuye la cantidad de saliva, algunas bacterias se “descontrolan”, su población aumenta, y como consecuencia podríamos tener:

  • Caries
  • Mal aliento (halitosis)
  • Gingivitis
  • Labios y/o boca seca (xerostomía)
  • En algunos casos, pueden aparecer manchas en los dientes similares a las de tabaco o café.

 

En nuestro día a día deberíamos respirar por la nariz, aunque hay alguna excepción, por ejemplo, haciendo deporte. Pero, si notas que a lo largo del día o cuando duermes respiras más por la boca, entonces algo está pasando.

En caso de normalidad, por nuestras fosas nasales pasa suficiente oxigeno para llevar una respiración correcta mientras dormimos o realizamos alguna tarea diaria. Si, por lo que sea, te das cuenta de que estás respirando por la boca (estás con la boca abierta), intenta hacer un esfuerzo para cerrar los labios, y así, respirar por la nariz.

¿Qué pasa si no puedo hacerlo? Tendríamos que preguntarnos ¿por qué?

Habitualmente, esto pasa por algún bloqueo nasal o sinusal. Puede ser por alguna alergia o, algo más serio, como una sinusitis. Tendríamos que visitar al otorrino para que valore la permeabilidad de nuestra vía aérea.

Si pasa por la noche, puede ser nuestra posición que hace que la mandíbula se “descuelgue” o tengamos algún tipo de trastorno clínico del sueño (apnea). También puede deberse al desarrollo esquelético oral y facial (como ya comentamos al principio).

 

¿Cómo saber si soy respirador bucal?

Hay una serie de preguntas a las que tenemos que contestar antes para saberlo.

  1. ¿Tus labios siempre están secos y agrietados?
  2. ¿A menudo tienes la boca seca o tienes síntomas compatibles con xerostomía?
  3. ¿Tu encía, especialmente en los sectores anteriores, suele estar roja, irritada y/o inflamada?
  4. ¿Tienes mal aliento?
  5. ¿Tu boca se siente pegajosa o es difícil tragar, especialmente por las mañanas?
  6. ¿Te pillas con la boca abierta sin motivo?
  7. ¿Alguna vez te han comentado familiares o amigos que duermes con la boca abierta o roncas?

 

Consecuencias de la respiración bucal

  • Falta de desarrollo de los maxilares. Arcadas estrechas y falta de espacio.
  • Una mandíbula pequeña.
  • Sueño ligero y despertares nocturnos frecuentes.
  • Falta de descanso.
  • Encias inflamadas o rojas. Gingivitis.
  • Caries dental recurrente
  • Niños pequeños suelen mojar la cama (no siempre)
  • Ronquidos.
  • Alergias estacionales, sinusitis, asma, dermatitis.
  • Desviación del tabique nasal.
  • Cara larga, ojeras.
  • Lengua agrandada (macroglosia)
  • Mordida abierta y/o sobremordida.

 

A veces la culpa es de los malos hábitos. Hay que reeducarse a respirar por la nariz., y muchas veces necesitamos ayuda de logopedas.

¡RECUERDA! La respiración bucal NO es normal. Puede deberse a un hábito o a problemas anatómicos o de desarrollo, donde los tejidos bloquean físicamente el flujo de aire y limitan la entrada de oxígeno.

Acude a tu dentista y/o médico para consultar que deberías hacer y qué tratamiento es apropiado para ti.

 

PARA SER FELIZ, RESPIRA POR LA NARIZ.

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